En el debate sobre la existencia de valores morales con
carácter universal, presentes a lo largo de la historia y válidos para toda
cultura, han podido identificarse con cierta nitidez los relacionados con la
prohibición del incesto y, algo más ambiguamente, con la protección de la
infancia. Algún otro, aún planteados de forma genérica (restitución y reciprocidad, asesinato…), no
alcanza el consenso entre los antropólogos como para admitirlo sin más. Por
ello, hablar de contenidos morales, valores, de carácter objetivo y apreciados
en toda cultura, resulta problemático; tanto más cuanto que la amplitud de
acciones que podemos considerar morales convierte en irrelevante ese escaso y
dudoso repertorio de normas de carácter universal. Sin embargo, desde algunas
corrientes ideológicas y filosóficas, así como desde las religiones del Libro,
se sigue cuestionando el relativismo moral que defienden quienes constatan esta
palmaria realidad.