Manifiesto de constitución de la Asamblea de Andalucía
Córdoba, 16 de Febrero de 2013
Andalucía y los andaluces sufrimos
con especial intensidad los efectos de la actual crisis, que no sólo es
financiera y económica sino también social, política, ecológica y cultural. A
pesar de que el pueblo andaluz reafirmó en las calles su identidad política el
4 de Diciembre de 1977 y conquistó en las urnas el 28 de Febrero 1980 el
reconocimiento de su derecho al autogobierno, más de treinta años después
Andalucía continúa a la cabeza del desempleo en el Estado Español y en Europa,
millones de personas están en una situación de pobreza, nuestros jóvenes
vuelven a tener que emigrar, el territorio continúa desvertebrado, nuestra
cultura sigue siendo degradada y las instituciones de la Junta de Andalucía
funcionan ajenas a las más importantes necesidades y aspiraciones de los
andaluces, lo que ha llevado a un
alejamiento general de la política (que es confundida con el sistema de partidos)
y a un escepticismo generalizado a causa de la falta de canales de verdadera
participación.
La actual dominación del capital
financiero ha vaciado casi totalmente de contenido el ámbito de la política al
haber sido transferidas las decisiones fundamentales a entidades que están
fuera del control democrático y representan los intereses de dicho capital
(como el FMI, el BCE o la Comisión Europea). El avance de estos intereses y de
la lógica del Mercado en todas las dimensiones de la vida social ha sido
facilitado desde las propias instituciones políticas, convertidas en una
partitocracia, mediante desregulaciones, cambios legales, privatizaciones y
recortes de derechos. Las instituciones europeas donde se inserta el Estado
Español, y por tanto Andalucía, son hoy instrumentos para la imposición de esa
lógica y del pensamiento neo(ultra)liberal. Una verdadera democracia,
igualitaria y participativa, tanto en lo político como en lo económico, no es
posible en este marco. Si aspiramos a ella, hemos de actuar, a favor de la
inmensa mayoría, contra este sistema impuesto por el capital financiero y sus
cómplices que está liquidando todas las conquistas sociales.
Entendemos que es necesaria una
nueva orientación, un nuevo camino para devolver el poder al pueblo. El pueblo
andaluz precisa de la unión de los movimientos sociales y de las organizaciones y personas que apuesten por
transformar radicalmente el sistema, y no pretendan legitimarlo con la creencia
ilusoria de que puede mejorarse con simples retoques. Para alcanzar este
objetivo, y partiendo de la especificidad de Andalucía, nos proponemos avanzar
en la construcción de un Colectivo de personas y organizaciones –sociales,
culturales y políticas- radicalmente democrático. Ha llegado la hora de
coordinar esfuerzos y de potenciar confluencias para construir un poder andaluz
en todos los ámbitos, que haga posible una Andalucía Libre formada por hombres
y mujeres libres. Al margen de esta
llamada sólo deben quedar aquellas personas y organizaciones que creen positivo
apoyar, mediante pactos y colaboraciones, el sistema capitalista en crisis y a
quienes han ocupado en Andalucía, durante más de treinta años, el poder
político y son directos responsables de la dramática situación en la que hoy
esta se encuentra. Y también se autoexcluirían quienes no estén dispuestos a
asumir el funcionamiento horizontal y democrático que necesita cualquier
organización transformadora en el siglo XXI. Esto último, porque asumimos la
principal novedad que aportan los denominados “nuevos movimientos sociales”: la
ampliación de la política y la “politización” de lo social, de lo cultural e
incluso de lo personal, ensayando nuevos ejercicios de ciudadanía más allá del
marco del estado y de los partidos.
La confluencia de todas estas
fuerzas, personas y colectivos andaluces debe tener por objetivo la realización
de estrategias que permitan avanzar hacia esa Andalucía Libre en la que soñaran
Blas Infante y tantos otros andaluces. Debe apoyar iniciativas en lo económico,
lo cultural y lo político que respondan a una lógica diferente a la del
capitalismo destructor de los pueblos, de la dignidad de las personas y de la
naturaleza. Debe denunciar la corrupción del sistema político vigente y
propiciar formas de democracia directa para la reconquista del ámbito de la
política por parte de los ciudadanos. Y debe activar la memoria y conciencia
colectivas del pueblo andaluz y desarrollar los valores de la cultura andaluza
que pueden ser ejes de resistencia frente a la globalización totalitaria y
deshumanizadora de la lógica del mercado.
Partimos de que Andalucía posee
identidad histórica, identidad cultural e identidad política y tiene, por ello,
el derecho a decidir sobre sus propios asuntos y estructuras políticas, económicas, sociales y culturales. Nuestro
Colectivo debe tener, pues, como objetivo
cooperar en la construcción de instituciones y puesta en marcha de
experiencias que consoliden un poder andaluz que haga posible las
transformaciones necesarias para caminar hacia una sociedad justa e igualitaria.
Hoy, el sistema partitocrático y la actual organización territorial del Estado
Español impiden cualquier potencial toma de decisiones realmente
transformadoras por parte de los andaluces para oponernos eficazmente a las
presiones del capitalismo global. Por ello, resulta necesario plantear otro
marco en el que sea posible el fin de la dependencia económica, la
subalternidad política y la alienación cultural de Andalucía para avanzar hacia
un horizonte postcapitalista de igualdad entre las personas y los pueblos, de
devolución del poder a estos, de garantía de los derechos humanos tanto
individuales como colectivos, de solidaridad, de justicia, de respeto a la
naturaleza y de potenciación de nuestra cultura. Los andaluces, al igual que
todas las personas y pueblos del mundo, tenemos el derecho a ser protagonistas
de las decisiones que nos afectan. Y para hacer este protagonismo posible, se
hace indispensable dotarnos de ese ámbito andaluz de decisión del que hoy
carecemos.
Asumimos como un compromiso
irrenunciable la construcción de este ámbito de decisión andaluz, que
entendemos debe caracterizarse por el principio de que las decisiones sobre los
diversos asuntos se toman de abajo-arriba en el ámbito territorial, es decir,
los asuntos que corresponden a la municipalidad se deciden en las
municipalidades y nunca una decisión que afecte a un ámbito territorial
inferior se tome unilateralmente desde un nivel de decisión superior. Y los
temas supralocales, ya sean de ámbito comarcal o andaluz, o respecto a las
relaciones con otros pueblos, se acuerdan entre todos bajo el principio general
del confederalismo. Consideramos, pues, al municipalismo como una herramienta
fundamental para la toma de decisiones de forma horizontal y radicalmente
democrática. La estrecha vinculación y compromiso con el territorio –municipal,
comarcal y andaluz-, el objetivo de alcanzar un poder andaluz que haga posible
la justicia social y el ejercicio real de todos los derechos y el
funcionamiento en base a prácticas de democracia directa, activa y
participativa representan la columna vertebral de nuestra forma de pensar y de
proceder.
Sobre estas bases, nuestro
Colectivo deberá dotarse de grupos de trabajo que profundicen en los análisis,
propuestas y acciones en los diversos ámbitos: económico, ecológico, social,
político, cultural, organizativo y comunicacional. Deberá funcionar en base a
la participación activa de sus miembros y la búsqueda de consenso interno. Y
deberá apoyar y colaborar con los
movimientos sociales, culturales y políticos que se enfrenten a las lógicas hoy
dominantes del mercado y del nacionalismo de estado.
Firmantes del llamamiento para la
constitución de la Asamblea de Andalucía
Agustín Coca (Profesor delegado
del SAT, Universidad Pablo de Olavide)
Ángel del Río (Profesor de la
Universidad Pablo de Olavide)
Antonio Jesús Murillo (Licenciado
en Geografía)
Antonio Sánchez Morillo
(Periodista. Miembro fundador del SOC)
Curro Cuberos Gallardo
(Antropólogo. Andaluces de Alcalá)
David Mena Romero (Colectivos
sociales Morón de la Frontera)
Diego Polo ( Miembro Asociación
Vecinal “Fuente de la Reja”, Pegalajar, Jaén)
Enrique Palma Marín (Stop
Deshaucios. El Padul, Granada)
Francisco Cabrerizo Salmerón
(Miembro Comité de Empresa por el SAT, Universidad Granada)
Francisco García Duarte
(Empresario autónomo, Barcelona)
Francisco Gavira (Asociación
Ecologista Alwadi-ira)
Isidoro Moreno (Profesor de la
Universidad de Sevilla)
Javier Escalera Reyes (Profesor de
la Universidad Pablo de Olavide)
Jesús Vergara (Licenciado en
Historia, Premio de Investigación Memorial Blas Infante 2012)
José Álvarez (Empresario, Cádiz)
José Carlos Carretón Crespo
(Historiador del Arte, Alcalá de Guadaíra)
José Lietor (Miembro Asociación
Vecinal “Fuente de la Reja”, Pegalajar, Jaén)
José María López Blánquez
(Electrónico, Barcelona)
José Joaquín Salado de la Torre
(Periodista, Granada)
José Vigueras Roldán (Profesor de
la Universidad de Granada)
Juan Porras (Antropólogo, Mijas)
Lina Gavira (Profesora de la
Universidad de Sevilla)
Luis Ocaña Escolar (Abogado del
SAT de Sevilla)
Manuel Delgado Cabeza (Profesor de
la Universidad de Sevilla)
Manuel Ochando Ortiz (Pensionista,
Jaén)
Marcos González Sedano (Técnico en
Prevención de Riesgos Laborales, Sevilla)
Mariló Tudela (Andaluces de
Alcalá)
Nadia Becerra Barrera (Profesora.
Mercao Social de Alcalá)
Oscar García Jurado (Economista,
Morón de la Frontera)
Rafael Morales Domínguez (Maestro,
Granada)
Rafael Sanmartín (Periodista y
escritor, Sevilla)
Susana Moreno Maestro (Profesora
de la Universidad de Sevilla y delegada del SAT)
Tomás Gutiérrez (Empresario,
Chiclana de la Frontera, Cádiz)
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